
En Quito se relacionan habitantes que viven y perciben la realidad de manera distinta. Lo urbano simplemente no se circunscribe a los habitantes que se ubican en una zona delimitada. La ciudad fomenta y crea relaciones sociales entre sus habitantes, donde lo físico posee un significado simbólico. El gobierno central de la ciudad se ha preocupado porque la ciudad no sólo sea reconocida por los espacios físicos naturales sino también por lo edificado por los seres humanos y que tiene.
El 27 de diciembre de 1993, se promulgó la Ley que crea el Distrito Metropolitano de Quito, para que, con este nuevo ordenamiento administrativo y territorial, el Municipio de Quito regule el uso del suelo, planifique y reglamente lo relacionado con la transportación pública y privada en su jurisdicción, controle la contaminación ambiental, y propicie la integración y participación de la comunidad en el financiamiento, identificación y planificación de los proyectos.
El alcalde es el jefe de la administración distrital, gobierna la gestión de la ciudad, y para ello cuenta con un Concejo Municipal, conformado por 15 miembros, elegidos por votación popular para un período de cuatro años.
El Municipio del Distrito Metropolitano de Quito es una entidad autónoma subordinada al orden constitucional del Estado Ecuatoriano, al que le corresponde las tareas de:
1.- Procurar el bienestar material de la colectividad.
2.- Planificar e impulsar el desarrollo físico del cantón y sus áreas urbanas, suburbanas y rurales.
3.- Fomentar el espíritu de nacionalidad y confraternidad entre los miembros de la comunidad.
El Alcalde Paco Moncayo Gallegos es doctor en Ciencias Internacionales y general de Ejército en servicio pasivo. Su presencia en la vida política se inició tras concluir su extensa carrera militar. Fue electo diputado nacional en el año 1998. En el año 2000 fue propuesto por Izquierda Democrática (un partido que impulsó al actual presidente
Rafael Correa en la segunda vuelta de la elección presidencial del 26 de noviembre de 2006) y varias agrupaciones de movimientos políticos y sociales para participar en la contienda electoral para elegir alcalde de Quito, elección en la cual triunfó. Se posesionó Alcalde el 10 de Agosto del 2000 y puso en ejecución el Plan Quito Siglo XXI que presentó y notarizó su propuesta de gobierno local durante la campaña electoral. En 2004 fue reelegido para ejercer un nuevo periodo al frente de la alcaldía.
El Escudo de Armas de la Ciudad de San Francisco de Quito fue otorgado por el Emperador Carlos V, Rey de Alemania y España, mediante Real Cédula del 14 del Marzo de 1541 en la villa de Talavera - España. Esta segunda cédula, pues la primera le otorgó el título de ciudad a San Francisco de Quito, le concedió el escudo de la ciudad, el cual se mantiene hasta el día de hoy.
El Emperador ordenó que en el escudo de Quito esté "un castillo de plata metido entre dos cerros o peñas, con una cava al pie de cada uno de ellos de color verde, y asimismo encima del dicho castillo una cruz de oro con su pie verde que la tengan en las manos dos águilas negras grietadas de oro, la una a la mano derecha y la otra a la izquierda, puestas en vuelo, todo en campo de colorado, y por orla un cordón de San Francisco de oro en campo azul".
El escudo se utilizó inmediatamente en todos los actos del Cabildo de Quito. Según un informe elaborado en 1914 por Pedro Pablo Traversari, que fue Concejal de Quito, y cuyo original manuscrito e ilustrado a mano se conserva con celo en la reserva de nuestro Museo Histórico Municipal, la reproducción más antigua del Escudo de Quito es la del escudo tallado en piedra ubicado en la parte exterior del Convento de San Agustín. Esa talla, según Traversari, es de 1573.
Después de 460 años de la Real Cédula, el alcalde del Distrito Metropolitano, Paco Moncayo, en conmemoración de este hecho, develó el pasado mes de marzo un Escudo de Armas de Quito tallado en madera de cedro con partes policromadas, realizado por el artista Whitman Villalba.
El escudo de Villalba es un modelo que se basa en el diseño detallado por Pedro Pablo Traversari y que reproduce el elemento central del escudo de Quito, la torre almenada, coronada por la cruz, en una hermosa pieza de orfebrería que el Municipio ha conservado desde hace dos siglos y es un recado de escritorio hecho en plata por un orfebre quiteño en el siglo XVIII. Esta obra forma parte de la Sala del Escudo de Quito del Palacio Municipal, desde donde reposa como guardián del Municipio del distrito Metropolitano de Quito.
La Bandera de la Ciudad se oficializó el 17 de mayo de 1944 en el Concejo Municipal de Quito. Es un rectángulo horizontal dividida en tres franjas paralelas; la parte central es de color rojo y las dos laterales de color azul. En el centro va un castillo como símbolo de fortaleza, nobleza y lealtad de la ciudad. Al extremo superior del asta cuelga el cordón de color oro de San Francisco.
En Julio de 1944 los religiosos franciscanos Fray Bernardino Echeverría y Fray Agustín de Azkúnaga crearon la letra y música del Himno a Quito, la cual se entonó por primera vez en el Coro de la Escuela Sucre. En la actualidad se canta el coro y las dos primeras estrofas del himno.
Autores
Música: Fray Agustín Azkúnaga, Quito 1885 - España 1957.
Letra: Fray Bernardino Echeverría, Cotacachi Imbabura 1912.
Coro
Nuestros pechos, en férvido grito,
te saludan ciudad inmortal,
Gloria a ti, San Francisco de Quito,
en tu historia muy noble y leal.
I
En las faldas inmensas del monte,
tu grandeza buscó un pedestal,
para henchir tu ambición de horizonte,
y colmar tu ansiedad de ideal.
II
Oh, ciudad española en el Ande,
Oh, ciudad que el Incario soñó,
porque te hizo Atahualpa eres grande,
y también porque España te amó.
III
Y quién puede contar conquistas,
oh, leal y muy Noble Ciudad,
eres cuna de héroes y artistas,
y una antorcha de luz y verdad
IV
Cuando América toda dormía,
oh muy Noble Ciudad,
fuiste Tú, la que en nueva y triunfal rebeldía,
fue de toda la América luz.
V
Con la audacia triunfal que blasonas,
ya tus hijos lucharon ayer,
y trajeron al grande Amazonas,
cual trofeo de reina a tus pies.
VI
Aunque el tiempo veloz siempre rueda,
y se esfuma en su noche el ayer,
siempre intacta tu gloria se queda,
y es la misma en los siglos tu fe.
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